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martes, 1 de marzo de 2011

El escandaloso Groupon

La nueva joya de las redes sociales vive dolores de crecimiento y, al parecer, de falta de tino.

El domingo 6 de febrero, durante el intermedio del Superbowl, los millones de personas que veían los comerciales que las empresas diseñan especialmente para la ocasión –y que se ponen al aire a un precio cercano a los 3 millones de dólares por 30 segundos– saltaron con la sorpresa que Groupon les tenía preparada.

Timothy Hutton –un mediocre actor que tuvo su momento de gloria en los ochenta y hoy se gana la vida protagonizando Leverage, una regular serie de TNT– hablaba del Tíbet y de la fragilidad de esa cultura mientras mostraban imágenes bucólicas. Todo hacía pensar que estábamos frente a un infomercial de apoyo a la causa de ese pueblo. Pero nada de eso. A los 15 segundos se cortó la escena y Hutton decía “bueno, alguien la tendrá que salvar (la cultura tibetana). Mientras tanto, por qué no probar su estupenda gastronomía aquí, en Chicago. Todo, gracias a Groupon…” Rabia, muchos improperios y cuestionamiento sobre qué estaba pasando fue la reacción inmediata. Nadie en Estados Unidos quedó indiferente y la empresa tuvo que pedir disculpas y bajar el comercial, lo que en tiempos de Internet no sirve prácticamente de nada. Hoy está replicado por todas partes.




¿Qué le pasó a esta empresa que hace sólo unas semanas se dio el lujo de rechazar una oferta de compra de Google por un valor de 6 mil millones de dólares? Bueno, pasa que Andrew Mason, el joven fundador del startup, tiene mucho olfato para los negocios, pero ninguno para el humor. “Pensamos que nos estábamos riendo de nosotros mismos, pero claramente la ejecución de la broma no funcionó y, si bien trabajamos con una agencia de publicidad, la responsabilidad de que saliera al aire es mía”, reconoció un par de días después. Y lo cierto es que Groupon, cuyo negocio es ofrecer rebajas que se cumplen una vez que cierto mínimo de gente la suscribe, parece que no va tener un 2011 tranquilo. Hace poco, su oficina en Japón ofreció un cupón que se sobrevendió y la oferta se tuvo que cancelar. Fue tal el escándalo en la isla, que otra vez Mason tuvo que aparecer en un video disculpándose ante sus clientes japoneses. Y ni hablar de Livingsocial –competencia de Groupon– y otras empresas que han salido a la caza de esta red de tan sólo 2 años de antigüedad.

Por ahora, Groupon se mantiene firme en su decisión y no parece arrepentirse de haber rechazado a Google como socio. De hecho, acaba de sumar a su directorio a Howard Schulz, el CEO de Starbucks, y prepara su aterrizaje en China... Donde quizás sí les guste el comercial del Tíbet
 
 
Por Federico Willoughby Olivos.

Revista Capital

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